LA LECTIO (Lectura) DIVINA

I LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS.

1. Lectura piadosa y orante, personal y dialogal de la Palabra de Dios.
2. Es un camino a través del cual avanzamos vivencialmente hacia una meta. Camino y meta son Cristo.
3. Una atención particular a la palabra revelada y a aquel que nos habla en
ella, el mismo Dios.
4. Su cualificación de «divina" indica que la Lectio tiene como objeto la
Palabra de Dios y que se hace en la presencia del Dios vivo, bajo la acción
de su gracia.
5. Supone una relación con el Padre que nos habla en su Verbo y con el
Espíritu que es el maestro y el exégeta de la Escritura, en comunión con toda la Iglesia.
6. Los Padres de la Iglesia, dicen que la Lectio supone escuchar y responder. «Si rezas, eres tú el que hablas a DIOS; si lees, es DIOS el que te habla"

II REQUISITOS: Leer bien y orar bien.

III PASOS A SEGUIR:
1. LECTIO: Que dice el texto.
«La lectio es un estudio detenido de las Escrituras realizado con un espíritu de fe y totalmente esforzado en comprender.
2. MEDITATIO: Que me dice el texto.
La meditatio es una actividad de la inteligencia que con la ayuda de la razón busca la verdad escondida en Dios.
3. ORATIO: Que me hace decir el texto.
La oratio es un dirigir el corazón a Dios con el intenso deseo de evitar el mal, conseguir el bien para agradarle.
4. CONTEMPLATIO: Que me hace hacer el texto.
La contemplatio es una elevación del alma por encima de sí misma, permaneciendo como suspensa en Dios y saboreando los gozos de la dulzura
eterna ...

IV A LA CONTEMPLACIÓN EN LA VIDA SIGUEN:
5. LA CONSOLACIÓN,
6. EL DISCERNIMIENTO,
7. LA DECISIÓN,
8. LA ACCIÓN CONCRETA EN FAVOR DE LOS HERMANOS.
La Lectio divina recobra de este modo su linfa vital: orar y vivir la Palabra de Dios, Palabra de vida.
La lectura busca la dulzura de la vida bienaventurada, la meditación la encuentra, la oración la pide y la contemplación la experimenta.
1°. Leer es revivír el texto.
2º. Leer bien es resucitar el texto.
3°. Leer con inteligencia es sabiduría vital.
4°. No hay que olvidar que la Biblia es una revelación progresiva.
5°. y ¿en quién voy a fijarme? En el humilde y contrito que tiembla ante mi
palabra.