Porque no dejarás mi alma en el abismo.
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Para apoyar su postura, introduce una cita del AT, de Joel (3, 1-2), Pedro ve también en este efecto de Pentecostés el cum plimien to de esta profecía.
Joel fue un profeta cuya vida puede situarse alrededor del año 400 a. de C.- en el texto de Joel se promete que el Espíritu será dado a todos los miembros del pueblo de Dios, sin excluir a los esclavos y esclavas israelitas. En Pentecostés, en cambio, el Espíritu se ha posado sobre todo el grupo de los discípulos, y Pedro ofrece la misma posibilidad de recibirlo, a todos los que se agreguen a la comunidad.
El profeta anuncio en este lenguaje el nacimiento de una nueva era, el parto de una nueva criatura que nacerá del Espíritu. Y Pedro señala que esa criatura está naciendo ante los ojos y oídos de los allí presentes.
LA PROMESA DE JOEL TIENE SENTIDO UNIVERSAL
"EI Espíritu llenará a hombres y mujeres, a jóvenes y ancianos, ya que ése es el significado original que se encuentra en la profecía de Joel. El final de la cita profética ofrece a Pedro la ocasión de introducir a Jesús en su predicación; dice el Profeta que "todo el que invoque el nombre del Señor será salvo." Ese Señor, para Joel, del Antiguo Testamento, es Yah-veh, el Dios de Israel; más para Pedro ese Señor, cuya invocación salva, es Jesucristo, Juan 1, 1 y 14: "el Verbo era Dios y el Verbo se hizo carne", que vino al mundo para redimimos.
Y San Pedro lleno de emoción y fe continua de la misma línea del Profeta: "Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo", (Juan 236-38).
Anímate a seguir leyendo los demás discursos de Pedro te sorprenderán.
Por : Sonia Encinas