Estamos en la Pascua, la Resurrección, la Ascensión, la Glorificación de Jesucristo que a nosotros nos beneficia tanto que tenemos vocación de pasar por los mismos pasos que el Maestro. ¨No por nuestros meritos sino conforme a tu bondad, rezamos en la Eucaristía. La Redención nos gano, nos mereció, nos regalo, nos obsequio tantos privilegios espirituales y eternos a los que teníamos por herencia, solo pecados y la muerte eterna. Pero Jesucristo cambio todo y este día es desde entonces: la Pascua LA FIESTA DE LAS FIESTAS.
Primero es tomar conciencia de nuestra indigencia y después de nuestra riqueza. El domingo de Resurrección nos devuelve de alguna forma la dignidad perdida. Desde entonces pase lo que pase tenemos la dignidad de valer nada menos que la sangre de Cristo y del amor del Padre que nos entrega a su Unigénito. Nadie tiene que tener complejos de raza, de status social o económico, de vida buena o mala, todos podemos pasar al bando de los vencedores porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida.
El pregón pascual de la Vigilia nos canta: Exulten los coros de los ángeles, exulte la asamblea celeste y un himno de gloria aclame el triunfo del Señor resucitado. Alégrese la tierra inundada por la nueva luz. El esplendor del Rey destruyó las tinieblas, destruyó las tinieblas, las tinieblas del mundo
Añade el Pregón: ¨¡Oh admirable condescendencia de tu amor! ¡Oh incomparable ternura y caridad! Por rescatar al esclavo has sacrificado al Hijo. Sin el pecado de Adán Cristo no nos habría rescatado. ¡Oh feliz culpa que mereció tan grande redentor! ¡Oh feliz culpa! ¡Oh noche maravillosa en que despojaste al faraón y enriqueciste a Israel! ¡Oh noche maravillosa, tu sola conociste la hora en que Cristo resucitó! ¡Oh noche que destruyes el pecado y lavas todas nuestras culpas! ¡Oh noche realmente gloriosa que reconcilia al hombre con su Dios! Esta es la noche en que Cristo ha vencido la muerte y del infierno retorna victorioso
Las siete semanas de Pascua, hasta Pentecostés, 50 días, cantamos el Aleluya. Y volviendo como una necesidad de la fe por la esperanza hecha realidad: ¨Ésta es la noche en que Cristo ha vencido la muerte y del infierno retorna victorioso
Cada uno de los 52 domingos del año celebraremos la vida, muerte, resurrección de Cristo. Más aún, como nos dice San Irineo: Celebramos la Encarnación, Nacimiento, Vida, Palabra, Pasión, Muerte, Resurrección, Ascensión y Glorificación de Cristo Nada más hay que celebrar. Somos por el Bautismo incorporados, cristificados. Todo es un inmenso regalo de Dios: Cristo, María, el perdón, la resurrección, la compañía eterna de Dios y todo lo de Dios. NO HAY DIA MAS GRANDE. DOMINGO DE RESURRECCION LA FIESTA DE LAS FIESTAS.
P. FRANCISCO DOMINGO CM.