MARIA NOS ENSEÑA EL CAMINO

El Papa Pio XII, declaró el Dogma de la Asunción de la Santisima Virgen en cuerpo y alma al Cielo el día 01 de noviembre de 1950. Era la fiesta de Todos los Santos. DCe los que están en el cielo. Que aunque su cuerpo permanece entre nosotros, sus almas gozan de Dios para siempre. Escoger esta fecha era para recordarnos sin duda "la vida despues de la vida".

Rodeado de 36 Cardenales, 555 Patriarcas, Arzobispos y Obispos, de gran número de dignatarios eclesiásticos y de aproximadamente un millón de personas entusiasmadas, Pio XII, definió asó solemnemente, con su suprema autoridad, este dogma mariano:

"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia: para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la utoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra:

Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminando el curso de su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial".

Con el nombre de Asunción venía entendiéndose desde hace siglos un hecho en el que se incluían cuatro verdades:

1. Su muerte
2. Su resurreccion
3. Su subida al cielo y
4. Su glorificación

No podía dar más Dios a su madre, hasta lamuerte era como una identificación con Jesucristo. Muerte, martirio, dormición pero todo acaba en florificación.

¿Murió realmente María?
No es dogma que murió o que no murió. Puede ser muerte y resurrección o traslado inmediato de la vida terrena a la floria del cielo.
Algunos teólogos han insinuado si es posible que María muriera mártir, por las palabras de Simeón en San Lucas 2, 35:"Les bendijo y dijo a María, su madre: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel... ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!". Esa espada para algunos era símbolo del martirio; pero en toda la iglesia hoy no se habla del martirio de María sino de "la dormición".

María es nuestro modelo en todo. En su vida, en su muerte y en nuestra vocación de cielo. No nacemos para morir sino para vivir. Para vivir con Dios, María, los santos, los seres queridos que nos han precedido. La muerte, parafraseando a Teresa de Lisieux, es una puerta qeu abre Dios para que entremos al cielo.

Recopilación y comentario: P. Francisco Domingo C.M.