O Cebreiro (El Cebrero en español) es una aldea ubicada en la provincia de Lugo en Galicia (España) situada a 1,293 metros de altitud.
En un día de invierno del año 1300 en el que nevaba abundantemente, un vecino de la localidad de Barxamaior, llamado Juan Santín, labriego, se dirigió hacia el Monasterio de Cebreiro para oír misa, sin importarle el tiempo tan adverso que hacía y el difícil camino de subida. Por fin llega al templo, cansado y empapado, sin apenas aliento.
Un sacerdote benedictino que no esperaba que en un día tan desapacible, con tanta nieve y viento fuera alguien a Misa, menosprecia el sacrificio del campesino y le dice que una Misa no merece tanto esfuerzo. La falta de fe, caridad y tacto del monje no obtiene respuesta alguna por parte del labriego.
Comienza la Santa Misa. Cuando llega el momento de la Consagración, el sacerdote percibe cómo la Hostia se convierte en carne sensible a la vista, y el cáliz con el vino en sangre, que hierve y tiñe los corporales. El sacerdote, sorprendido, cae en la cuenta de su falta de fe y exclama al estilo de Santo Tomás: "¡Señor mío y Dios mío".
Jesús quiso premiar de esta forma el enorme esfuerzo del labriego, al mismo tiempo que afianzar no sólo la fe de aquel sacerdote, sino la de todos los hombres. La noticia del milagro se propagó por todas partes propiciando así una gran devoción a Cristo en la Eucaristía. A pesar del tiempo transcurrido, a pesar de las guerras e incendios, el milagro llega a nuestro siglo XXI tan carente de fe, como signo poderoso de la verdad: Cristo está vivo, resucitado, Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en la Eucaristía.
Los protagonistas de la historia, el monje y el campesino Juan Santín, tienen sus modestos mausoleos en la iglesia, cerca del lugar del milagro Eucarístico.