NO HAY PARROQUIA SIN CARITAS Parte I

La Comunidad Parroquial tiene unos pilares, sin los cuales no seria una
comunidad de creyentes católicos. El amor a Dios y al prójimo especialmente a los pobres, la palabra, los sacramentos y la oración. Tenemos que partir que una "familia creyente tiene que vivir las dimensiones cristianas, que son la fe, la oración y la vida evangélica.
Jesucristo lo ha dicho bien claro. Dios y el prójimo. El prójimo y Dios. Son
inseparables. No hay amor a Dios si no bay al prójimo y sobre todos a los que
sufren. (Mc 12:33), Dios es el único y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Lo ha dicho Jesucristo y esto es tan verdad como dos y dos son cuatro.
EN LA PRlMITIVA IGLESIA SE VIVÍA ASÍ Y LO PONÍAN EN CUATRO DIMENSIONES:
1) La comunión de vida. llamada también koinonía, es lo fundamental del mensaje de Jes ús, es el "ved como se aman", y es Dios quien une el amor
a Dios y al prójimo es una llamada a vivir el amor fraterno (Vida). Sin amor
"como yo les he amado", "nuestra fe es muerta".
2) El amor al projuno, llamado también diakonía nos invita a cuidar a los pequeños, a los más débiles, que si hay mesa del altar tiene que haber mesa para el pan para todos. El servicio a los pobres, manifestación de la Koinonia del amor afectivo y efectivo para los otros. Es lo concreto del amor, "obras y no solo palabras".
3) La enseñanza, la catequesis, o la predicación, que llamamos también didaskalía, es la urgencia que tiene la Iglesia de ser misionera, de anunciar la
Buena oticia de Jesús resucitado, todo su evangelio.
(Vida hacia fuera). Evangelización de todas las formas. Transmitir la fe.
4) La celebración de la fe, los sacramentos. En griego leitourgia o la liturgia, los sacramentos, encuentros felices del hombre que necesita estar con Cristo y agradecer la redención de Jesús. La Eucaristía, es el centro de la piedad cristiana. Los demás sacramentos son encuentros amorosos con el mismo Jesucristo que actúa a través de los signos y de los ministros de la iglesia.
No hay fe, ni comunidad, ni parroquia sin el amor a los hermanos. El bermano tiene necesidades del alma y del cuerpo, y CARITAS se preocupa, debe
preocuparse de las carencias de los pobres.
CARITAS no es una opción, es un deber, obligación, parte integrante y esencial de nuestra fe. Dios pone a los pobres, sus pobres que son nuestros pobres para que les atendamos. Son nuestros, Dios nos los ha confiado. CARITAS no es algo más, es necesidad de la fe.

Por: P. Francisco Domingo