EL DINERO NO ES DIOS

Dios no nos ha hecho ángeles. Somos seres materiales y necesitamos los bienes inalienables que el mismo Dios quiere que nadie prescinda de ellos: comida, vestido, vivienda, salud y educación. Para todo hace falta dinero, no somos ingenuos.
Jesucristo no nos habla de lo necesario, sino

1. de la seguridad de desproporcionada que damos a las cosas,
2. de la arrogancia,
3. de la esclavitud,
4. del no compartir.


NADIE TIENE LA VIDA COMPRADA.
El dinero ni compra el amor ni la vida. Algo podemos hacer pero la última palabra la tiene Dios. Tener, tener no nos garantiza muchos años de vida y menos ser amados, más bien quieren nuestras cosas no a nosotros. Ahorrar almacenar sin control nos quita la paz.

La arrogancia de los ricos es una realidad. También San Agustin nos enseña que "nadie  puede enriquecerse demasiado con justicia" y hay un dicho que dice "10 que tienes de más y cuanto más es que lo has robado". Los más ricos son los más prepotentes, altivos, soberbios, vacíos de Dios.

La esclavitud es real. No duermen. No tienen amigos porque piensan que los quieren saquear, no se fian ni de la mujer amada porque piensan que es por el dinero. No tienen tiempo para el hogar, la familia, la esposa, los hijos. Tanto se puede ganar no hay tiempo para nada ni nadie, solo para ganar más.
El domingo Dios lo ha hecho para:
1) Dios
2) Familia
3) Descanso

Pero nos parece que ir a misa se pierde tiempo, además hay colecta, hay que gastar en moto taxi, piden para los pobres. Tampoco se sientan con los suyos, ni van al cine, ni pasean, ni gozan de sus hijos. Se atoran de trabajo y les pone de mal humor y en casa duermen en lugar de sentir el calor del hogar. Y ni descansan porque piensan en lo que van a ganar o lo que podian haber ganado y no lo han hecho.
Lo que han tenido que gastar y no lo tenian previsto. ¡Pobres esclavos, siervos, atados con cadenas a las cosas! Son necesarias pero no son todo en la vida.

Termino con las palabras más duras de la carta de Santiago en la Biblia.
"Ahora bien, vosotros, ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; el salario que no habéis pagado ... está
gritando; y los gritos ... han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos .... habéis hartado vuestros corazones en el día de la matanza.
Condenasteis y matasteis al justo; Dios no os resiste (Santiago 5,1-6).

P. Francisco Domingo