LOS SANTOS EN LA IGLESIA


Santo, nombre aplicado en el Nuevo Testamento (Col. 1,2) para referirse a los miembros de la comunidad cristiana, pero restringido en el uso eclesiástico, desde la antigüedad, para designar a aquellos que han sido virtuosos hasta un grado heroico.
Los santos están jerarquizados, según la tradición, en varios estratos: apóstoles y evangelistas, mártires, confesores (originariamente, aquellos que han sufrido prisión o dolor sin la. coronación final del martirio, y tiempo después santos masculinos, en general, orientados a la santidad), doctores (santos destinados al aprendizaje sagrado), vírgenes, matronas y viudas.
VENERACIÓN DE LOS SANTOS.

Hacia el siglo IV d.C., se difundió con intensidad la práctica de venerar a los santos. Durante la edad media, sin embargo, dicha práctica estuvo rodeada de gran superstición. Incluso antes de la Reforma, los bogomilos y los valdenses se opusieron a la veneración de los santos; en la época de la Reforma, la práctica era en general rechazada como infundada según las escrituras. Se han perdido casi todos los vestigios, salvo los nombres de muchos de los miembros del santoral. La lista más completa se encuentra en la tabla general del volumen 61 de la colosal Acta Sanctorum de los bolandistas, que menciona cerca de 20.000 santos.
El Concilio de Trento (1545-1563) afirmó que invocar a los santos es algo útil por los beneficios que se pueden obtener de Dios a través de su intercesión. La creencia y la práctica de la Iglesia ortodoxa es la misma en sustancia que la católica.

El catálogo que ostenta la autoridad eclesiástica más elevada es el Martyrologium Romanum.
El martirologio menciona hasta 2.700 santos, incluyendo, unos veinte santos del Antiguo Testamento ordenados de acuerdo con los días de su celebración. Muchos eran honrados cada año con un día festivo especial; en cierta época, sus días festivos llenaban cerca de dos terceras partes del calendario litúrgico católico, aunque algunos santos habían terminado siendo poco más que un nombre.
En 1964,el Concilio Vaticano 11concluyó que sólo los santos "de verdadero significado universal deberían extenderse a la Iglesia universal" y que los demás "deberían dejarse par~ ser celebrados por una Iglesia particular, nación o comunidad religiosa". Asimismo, en 1969, el papa Pablo VI aprobó una reclasificación del calendario litúrgico para adecuarse a los deseos del Concilio.

En el calendario revisado, que comenzó a ser efectivo el 01 de Enero de 1970, sólo se mantenían 58 festividades de santos regulares, u obligatorias, así como 92 opcionales, además de las de Cristo, la Virgen María, san José y los apóstoles.
Santos en el arte y santos patronos. En el arte cristiano, las representaciones de los santos, así como las de Cristo, aparecen con frecuencia marcadas con un halo (también conocido como nimbo, aureola o gloria), una corona o área radiante alrededor de la cabeza o de toda la figura, y muchos de los santos son dibujados con emblemas simbólicos mediante los cuales pueden ser reconocidos fácilmente. A un mártir que fuera de especial interés en un determinado lugar, se le nombraba patrón, ya en época tan temprana como el siglo IV.

Los oficios y las profesiones tenían sus patronos, y para la curación de cada enfermedad se invocaba a un determinado santo. Entre los patronos más conocidos se encuentran san Andrés (de Escocia), san Dionisio (de Francia), san Patricio (de Irlanda), san Jorge (de Inglaterra), san Nicolás (de Rusia), Santiago el Mayor (de España) y Esteban I el Santo (de Hungría), entre otros muchos. El término hagiografía designa la rama de la literatura que trata las vidas y los hechos de los santos.