Este mes de Febrero tiene un ambiente mariano. Bastaría recordar La Presentación, o Purificación o la Virgen de la Candelaria que es lo mismo. También la Virgen de Lourdes. Una devoción llena de ternura y esperanza. Pero María es antes modelo no solo la que nos busca milagros.
Vamos a intentar en este año que la revista sea formativa e informativa. Que tenga informes, noticias, ocurrencias pasadas y futuras. Fiestas fijas y movibles. Uturgia como las celebraciones de la iglesia universal y la particular, vidas de los hombres más ilustres de la iglesia como son los santos, los que han cumplido a cabalidad el Evangelio, han seguido a Jesucristo, le han imitado, de todas las edades y estados. La razón de ser de la iglesia, tanto en su misterio como en su misión. Ser como Jesucristo y vivir como Jesucristo. Como diría San Vicente de Paul, revestirse de los sentimientos de Jesucristo. Eso es lo esencial de la iglesia.
No hay duda que contribuirá a la formación y no sólo a la información de los acontecimientos cercanos. La revista COMPARTlENDO es una vez más formativa más aún que informativa. También a modo de Historia de la Iglesia, quiero tomar un tema y desarrollarlo a través del año como una Teología a distancia.
Posiblemente sea el Catecismo de la Iglesia Católica en las tres dimensiones cristianas FE, ORACiÓN Y VIDA : CREEMOS,REZAMOS y VIVIMOS. PALABRA, SACRAMENTOS, MANDAMIENTOS.
Tampoco faltará una sección bíblica para que no nos confundan nuestros hermanos Protestantes, a los que respetamos, como a los Mormones o Testigos o cualquier otra creencia, pero tenemos la identidad católica, que cuando se conoce y en especial se vive, nadie piensa en cambiar. El patrimonio histórico y espiritual es tan inmensamente grande y mayor, que hay que ser ciego o ignorante para poder dejar el Catolicismo por nada.
Dios nos ayude para que se cumpla a cabalidad lo que en nombre de Dios queremos construir un año más con esta Revista, pequeña pero que quiere acompañarnos en el vivir nuestra fe a lo largo del año 2011, para cada día parecernos más a Jesucristo.
P. Francisco Domingo C.M.