LA SACRISTIA Y EL CONFESIONARIO

LA SACRISTÍA
Es un ambiente en el templo, o anexo a él, donde se guardan los ornamentos, hostias sin consagrar, adornos litúrgicos, los vasos sagrados (cáliz, copón), misales, leccionarios, casullas y otros artículos, que son necesarios para la Misa y otros actos litúrgicos, por lo que suele estar cerrada al público. En especial es empleado por el párroco y demás oficiantes como lugar para realizar las preparaciones necesarias y para
cambiarse antes y después de la Misa.
El registro parroquial de libros de bautismo, confirmación, matrimonios, se conserva a menudo en la sacrístía. No es nuestro caso.
Las sacristías tienen habitualmente una pileta especial, en esta pileta se lavan los lienzos empleados durante la celebración de la misa y otros objetos utilizados durante la comunión.
Hay que hacerla en la próxima sacristía, Actualmente es práctica casi universal tener la sacristía directamente detrás del altar principal o a ambos lados del mismo. La sacristia debe estar provista de muebles y cajones,
debidamente etiquetados, para los ornamentos correspondientes a los diferentes tiempos litúrgicos, en sus colores apropiados; un crucifijo o alguna imagen conveniente ante la que el clero debe hacer una reverencia antes de entrar al templo, santuario o al regresar de él (Ritus celebrandi missam, II, i.); un lugar para
que los oficiante s laven sus manos (op. cít, 1, i).
Se acostumbra también tener a la puerta de la sacristía una fuente de agua bendita, y una campanilla para
avisar a la comunidad el inicio de la celebración litúrgica. La sacristía no se bendice durante el rito de la
consagración de los templos, y por tanto, no se considera como lugar sagrado en el sentido canónico de la
palabra. Sin embargo, excepto en casos merecedores de penas, disfruta de las mismas prerrogativas que el templo.
Cuando la sacristía está localizada directamente atrás del altar, el clero hace su entrada por el lado del Evangelio.
En ocasiones existen dos sacristías,  una para el clero y otra para los acólitos. Los canónigos cuentan también con su sacristia propia. En las catedrales donde no existe una capilla destinada a este propósito se debe acondicionar una sacristia separada (secretarium), con un altar, donde el obispo pueda asistir al rezo de tercia y prepararse para la misa pontifical (Cserern. Episcoporum, 1, 137; II, 74; vease SACRISTÁN). (Idem, N.T.)

EL CONFESIONARIO.
En los confesionarios se administra el sacramento de la Reconciliación, sacramento del perdón misericordioso del Señor. En el templo, el confesionario es el lugar especial destinado al encuentro con Dios Amor que derrama generosamente su reconciliación.
En la Parroquia Corpus Christi, por las dimensiones del templo no permite un discreto lugar donde penitente y confesor puedan hablar con libertad y sin peligro de que se vulnere el sigilo.
Estos dos lugares tan importantes y necesarios en nuestra parroquia, nos motiva a invitarlos a participar de la actividad que venimos organizando para realizar esta pequeña obra que será posible con tu ayuda.
Este 29 de Junio esperamos encontrarnos en el MERCADO DE PULGAS, que a la vez servirá para encontrarnos, compartir comidas de los grupos, escuchar a grupos musicales, comprar con precios simbólicos objetos útiles, y hacer comunidad parroquial.

Por Alipio y Liliana