PARA HACER EL BIEN HAY QUE SABER ESPERAR Y CONFIAR EN DIOS

En el fondo, Jesús nos habla del arte de la paciencia. Dios tiene su momento y mientras hay vida hay esperanza. Jesús es un ejemplo claro de espera y de esperanza con Judas, con Pedro, con los discípulos. Los cizañozos deben ser tolerados. No es que hagan bien pero...

Un ejemplo, infinito, de aguante y de toleranciaes el día de la Ascensión cuando ya se habían acabado las prédicas. Cuando habían visto milagros y escuchado parábolas.

Habían asistido a la última cena y al juicio contra Cristo, y sabían de su pasión, muerte y resurrección, aún seguían esperando el reino temporal: Act. 1, 2 y 6. Los que staban presentes le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino de Israel?".

Jesucristo les había habaldo claro que su reino no era, no podía ser de este mundo (Juan 18, 36 - 37) "Mi realeza no procede de este mundo. SI fuera rey cmo los de este mundo..."

Dice San Agustín
"Hay qe esperar, porque si se arrancan al mismo tiempo el trigo y la cizaña, hay muchos que al principio son cizaña y después se hacen trigo. Si a éstos no se les sufre con paciencia cuando son malos, no se consigue el que muden de costumbresm y si fueses arrancados en ese estado, se arrancaría al mismo tiempo lo que con el tiempo y perdón hubiera sido trigo".

Por eso nos previene el Señor que no hagamos desaparecer de este vida a esa clase de hombres, no sea que por quitar la vida a los malos se la quitemos a los que quizá hubieran sido buenos".

La enseñanza es bien clara
Hay que agotar los esfuerzos. Hau que saber perdonar. Hay que saber olvidar. Eso no significa que aprobemos que nadie sea cizaña, que no deben de cambiar y que tampoco tenemos que aceptar que contagien con su mal a otros. Pero el Señor nos da lecciones. Hay que esperar hasta donde se pueda. Por otra parte "uno siembra, otro riega y Dios es el que da el incremento".

El evangelizador, el padre, la madre, el maestro tienen que pedirle a Dios el arte de la paciencia, de la espera: serenidad, resignación, conformidad, mansedumbre, perseverancia, sosiego, tolerancia, tranquilidad, calma, entereza. Son virtudes del Evangelio.

Las bienaventuranzas son un gran ejemplo. Querer convertirse y convertir exige mansedumbre, ser pacífico...

P. Francisco Domingo C. M.