Pentecostés, Festividad de la Venida del Espíritu Santo que celebra la Iglesia el domingo, quincuagésimo día que sigue al de Pascua de Resurrección, fluctúa entre el 10 de mayo y el 13 de junio. Nos dice la Biblia en Rom. 5, 5: "La esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado".
Por el bautismo nos vienen las gracias y dones del Espíritu Santo. Dios da pero el hombre tiene que cultivar y libremente vivir a plenitud estos dones que atrubuimos al Espíritu Santo:
1. Sabiduría 4. Fortaleza
2. Entendimiento 5. Ciencia
3. Consejo 6. Piedad
7. Temor de Dios
1. Don de Ciencia, Es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.
2. Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros facilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
3. Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
4. Don de Inteligencia, es el don del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.
5. Don de Piedad, es corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. es calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que esl Espíritu Santo derrama en las almas.
6. Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.
7. Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina no a nuestras fuerzas y que podemos ofender a Dios y perder a Dios.
LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
1. Caridad 5. Longanimidad 9. Fe
2. Gozo 6. Bondad 10. Modestia
3. Paz 7. Benignidad 11. Continencia
4. Paciencia 8. Mansedumbre 12. Castidad
1. Los tres primeros perfeccionan el alma en sus bienes, dentro de sí misma; porque mediante ellos ama a Dios con gozo y paz, sin que las pasiones la perturben, que es un felicísimo estado.
2. La paciencia y longanimidad perfeccionan el alma dentro de sí misma, para superar las adversidades interiores, y exteriores de esta vida, y el que se le dilate el gozar de los biens de gloria.
3. La bondad, benignidad, mansedumbre, y fe perfeccionan el alma, en orden al prójimo, comunicándole sin ira ni fraude, sino antes bien con amabilidad los bienes, así espirituales, como temporales.
4. La modestia, continencia y castidad perfeccionan el alma, acerca de las pasiones y consupiscencias, regulando, así a éstas, como a las acciones exteriores, por una superior moción.
P. Francisco Domingo C.M.