JESUCRISTO ES MODELO HASTA EN LAS TENTACIONES

Jesucristo es en todo semejante a nosotros menos en el pecado. Pero es semejando a nosotros en conocer el atractivo que presentan los pecados. El orgullo, la sensualidad en el comer, en el poseer todos los bienes de la tierra. Así aparece Jesucristo en las tentaciones del evangelio de hoy.

Dios no nos ha hecho para sufrir pero tampoco para vivier sin frenos. La libertad de escoger, es buena, pero la tragedia, una tragedia auténtica, si escogemos mal: cualquier pecado. Lo ideal sería dentro de nuestra libertad buscar siempre a Dios y lo que es bueno ante Él.

La Cuaresma es tiempo de meditación y oración con Dios, de evaluarnos, de reconocer lo qeu no es bueno en nosotros, de pedir perdón, de cambiar. Pueden ser hechos muy graves, o no tan graves. Mortales o no tan mortales, pero todo lo que es moralmente malo, no va con Jesucristo. Por eso La Cuaresma es tiempo de hacer un stop, un alto en el camino y preguntar a Dios como nos ve.

"Mientras que Cristo, santo, inocente, sin mancha, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación" (LG 8; cf UR 3:6)
Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores (cf 1Jn 1, 8-10).
En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos (cf Mt 13, 24-30). La Igleais, pues, congrega a pecadores alcanzados ya por al salvación de Cristo, pero aún en vías de sanrificación... Catecismo de la Iglesia Catolica N° 827.

REZAMOS EN EL SALMO 50, MISERERE

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
Renuévame por dentro con espíritu firme;
No me arrojes lejos de tu rostro,
No me quietes tu Santo Espíritu.

Todas nuestras obras son para Dios, para nosotros y también para todos aquellos que nos ven. Los buenos ejemplos, las acciones correctas, la oración piadosa, la caridad con todos, el acercarnos a los sacramentos, sin duda, hacen también mucho bien a los que nos rodean. Nuestra convesíón personal es también misionera. "Las palabras convencen, los ejemplos arrastran".

El miércoles de ceniza decía Benedicto XVI "¡Todos pueden abrirse a al acción de Dios..." "Con nuestro testimonio evangélico, los cristianos debemos ser un mensaje vivo; más aún, en muchos casos somos el único Evangelio que la gente de hoy lee todavía. (...) He aquí una razón más para vivir bien la Cuaresma: ofrecer el testimonio de fe vivida a un mundo en dificultad que necesita volver a Dios, que necesita conversión".
La Cuaresma puede ser un tiempo extraordinario para ser mejores, cambair lo qeu hay que cambiar, reconciliarnos con Dios y los hermanos y de paso evangelizar a los que nos ven.

P. Francisco Domingo C.M.